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DIRECTOR

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D. Miguel Guerrero Serrano (Torrevieja 1982)

Nace en Torrevieja en 1982, comienza sus estudios musicales a los 9 años, en la UMT (Unión Musical Torrevejense) y en el conservatorio de su ciudad en la especialidad de trompa y percusión, posteriormente ingresa en el conservatorio profesional de música de Alicante donde termina con las más altas calificaciones e ingresa ese mismo año en el Conservatorio Superior de Música Oscar Esplá de Alicante donde cursó estudios superiores de trompa con los catedráticos D. Roberto Trinidad, y José Antonio Antolin Polo.

Su carrera como director empieza en el año 2004 dirigiendo al coro de la Schubertiana, en ese mismo año recibe clases de dirección del maestro D. Francisco Grau Vegara y comienza a dirigir el coro y orquesta Maestro Ricardo Lafuente.

Tiene el honor de haber estrenado en 2005 una obra para trompa y marimba que esta dedicada y compuesta expresamente para él. A parte de haber estrenado ya varias habaneras apoyando a compositores torrevejenses. Es licenciado en trompa por el Conservatorio Superior de Música Oscar Esplá de Alicante, ejerce como docente en especialidad de Trompa en la escuela de la Unión Musical Torrevejense de la que es profesor desde los 17 años, es trompa de la Orquesta Ciudad de Torrevieja, y de la recién creada Orquesta Ars Aetheria, también imparte clases para enseñanzas Elementales y Profesionales en especialidad de Trompa en el Conservatorio Mariana Baches del Pilar de la Horadada. Dirige como titular a la MASA CORAL JOSE HODAR.

Antiguos directores

D. José Hodar Talavera

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Don José Hódar Talavera, Pepe -como le llamaban sus amigos y conocidos cercanos- 
 nació el 13 de marzo de 1895. Hijo de José Hódar y de Salvadora Talavera, vino al
 mundo, como sus hermanos Ceferino y Salvadora en el seno de una familia de 
clase pudiente, que le permitiría llevar a cabo tantas inquietudes que empezó a 
desarrollar desde bien joven.

 

Su encuentro con el mundo de la música se inició en Torrevieja, a muy temprana 
edad, recibiendo clases particulares de piano, algo que le marcaría sin duda
 alguna para el resto de su vida, demostrando ser un virtuoso. Con apenas 18 años, 
decidió hacer oficial su estudio musical y se fue a Madrid con una carta de
 recomendación y el firme propósito de estudiar, nada menos, que bajo la guía del 
famoso Joaquín Larregla Urbieta, gran concertista de piano y compositor, 
que formaba parte en aquel entonces del claustro de profesores del conservatorio de Madrid.

 

Cuando Hódar se presentó ante Larregla mostrándole la recomendación de parte de un conocido
 común, el maestro se excusó pues no tenía tiempo para dedicarle a un nuevo alumno. 
De hecho le indicó que fuera a estudiar piano con otro conocido suyo. 
Pero el joven Hódar le dijo que él había ido a Madrid a aprender directamente con él y que si no, 
no aprendería con otro. Ante tal insistencia le dio una oportunidad, citándolo al día siguiente para 
comprobar su nivel.

 

A la mañana siguiente, en esa pequeña audición el maestro quedó tan sorprendido que no 
solamente apostó por instruír al muchacho, sino que además le dio la oportunidad de 
que realizara las pruebas de titulación  de un modo único, de un tirón, obteniendo en 
poco más de un año la carrera de piano con la máxima calificación. Pepe solía contar, 
con esa mezcla de humor y orgullo, que él había inagurado el concepto de exámenes 
extraordinarios en el conservatorio, pues fue la primera persona que tuvo este privilegio.

 

Su maestro, Joaquín Larregla, fue una clara influencia en el estilo musical de Hódar. 
Larregla tenía dos vertientes en su carrera: por una parte estaba el folklore 
expresado en sus obras regionales, y principalmente enfocado en su tierra navarra, y 
por otra su faceta romántica y delicada que tomó forma en varias obras compuestas 
bajo el recuerdo o influencia de Chopin, como por ejemplo, el Minué de las rosas.

 

Terminada ya su corta estancia en Madrid, decidió ir a vivir una temporada a Londres,
 a casa del aristócrata Lord Mayor, un buen amigo de su padre. Allí, no solamente 
aprendió el idioma inglés sino que dedicó gran parte de su tiempo a visitar 
los museos de la capital, especialmente sus pinacotecas, donde se sentaba tranquilamente 
viendo a los pintores copiar las obras de arte.

 

Fue así, observando la técnica de la mezcla del color y del trazo como Pepe aprendió a pintar. 
Ya disponía del talento de saber dibujar, pero la técnica del pincel la obtuvo de un modo 
autodidacta, por imitación directa de lo que veía en aquellos museos.

 

Después de su estancia en Londres, vivió algunos años en París, ciudad de la que quedó 
enormemente enamorado. Allí trabajó como concertista de piano y vivió perfectamente 
integrado en esa élite cultural y artística de Francia. Llegó a tener un dominio tal de la 
lengua francesa, que muchos años después de esa época, viviendo ya en España, decía que él, 
según se levantara un día, lo mismo pensaba en español que en francés.

 

Fue ese conocimiento cosmopolita el que hizo que acabara trabajando para un amigo 
de su padre, el señor Tintoreé, dueño de la compañía Transmediterránea, en un puesto 
de secretario de la alta dirección. Ello le llevó a residir en la ciudad de Orán, en Argelia, 
colonia francesa por aquel entonces.

 

Esa espléndida etapa de viajes y de mundo tuvo un momento claro de finalización. 
Cuando en España estalló la guerra civil, Pepe, que ya tenía 40 años, vino a estar con su familia. 
Sus padres le llamaron y él lo dejó todo por estar aquí con ellos. Terminada aquella horrible 
guerra empezó una época en la que estuvo más cerca de Torrevieja, residiendo en su casa, 
situada muy cerca de la actual plaza de Miguel Hernández, haciendo esquina entre las
 calles Clemente Gosálvez y Canónigo Torres. Allí montó su conocido estudio fotográfico, 
en la buhardilla de su casa, dedicándose no sólo a este empeño sino también a dar clases 
de piano, de inglés y de francés a tantas personas que todavía hoy recuerdan con cariño a este 
gentleman torrevejense.

 

En su estudio de fotografía quedaba patenete también su buen gusto y exquisitez. Tenía gran 
delicadeza para establecer cualquier detalle en la escena, además contaba con objetos, 
recuerdos de sus años por otros países, que empleaba en sus composiciones.

 

En su estudio desarrolló también la gran mayoría de sus cuadros que actualmente podemos 
encontrar tanto en colecciones privadas como en lugares tan destacados como el templo 
de la Inmaculada Concepción o el Casino de Torrevieja. Aquí tenemos una fotografía 
del Casino, donde podemos encontrar sus grandes cuadros, cuatro de ellos basados en 
copias de Goya y un par de ellos en artistas franceses. Lo increíble de estos grandes cuadros
de más de dos metros de alto, es que tuvo que pintarlos acostado bocarriba en el suelo de 
su estudio pues no cabían de otra manera. Toda una muestra de maestría.

 

Hódar no era una persona que buscara fama a través de su pintura. De hecho, en una 
ocasión unos amigos le tuvieron que presionar bastante para que participara en un 
concurso en Murcia. Él accedió, como hecho extraordinario, y quedó en primer lugar 
con una escena de amanecer en un puerto.

 

Además de estas inquietudes se hizo cargo como director de la 
Masa Coral la Shubertiana, “el sapato” 
hasta que ésta se disolvió en el año 1965. Se debe decir también que cuando los antiguos
componentes de la misma volvieron a reunirse en 2004, decidieron cambiar el nombre por la 
Masa Coral José Hódar, honrando así su memoria. También se le recuerda como pianista de la 
orquesta Pensilvania, que actuó en tantos bailes tradicionales del Casino.

 

Un hombre que aportó mucho a Torrevieja, que quiso a su pueblo y que disfrutó de tantos
 momentos rodeado de amigos como Pilar Pacheco, Elena Talavera –su prima- 
César Cánovas o José María López Dols, entre otros muchos.

 

Sin embargo su vida en Torrevieja no fue especialmente fácil. Estuvo dedicado casi 
íntegramente al cuidado de su madre y de su hermana Salvadorita hasta el último 
de sus días, pasando grandes dificultades y aun así sacando fuerzas para tirar 
hacia adelante. El 22 de mayo de 1978, falleció en su casa de un ataque cardíaco.

 

Podemos decir sin error, que Torrevieja tuvo la suerte de contar con una persona 
de la clase de Hódar, que necesariamente está unido a la cultura de esta ciudad y 
bien merece que se mantenga vivo su recuerdo.

Fundador y Primer Director

Joaquín García Aniorte "Maestro Quino" (Torrevieja 1886-1956)

Fotografías proporcionadas por:
Francisco Sala Aniorte, cronista oficial de Torrevieja.

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El Maestro Quino afinando un laúd de la rondalla que llevaba su nombre, la cual más tarde se refundaría como "Masa Coral La Schubertiana" y decadas después como "Masa Coral José Hódar".

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Estudiantina Pro-Hospital de Caridad de Torrevieja, en lo alto de la escalera se puede observar al Maestro Quino.

Abril de 1.919

I Certamen de Habaneras, año 1955.

Masa Coral "La Schubertiana" dirigida por

D. José Hódar Talavera, en el ángulo superior izquierdo de la fotografía vemos una foto del Maestro Quino.

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El 20 de Septiembre de 1956, el Maestro Quino fallecía, en esta foto se puede observar su capilla ardiente donde sus hermanas velan el féretro.

Fotografía: Bahía (Proporcionada por Francisco Sala Aniorte)

Cortejo fúnebre del Maestro Quino, año 1956.

Fotografía: Girona (Proporcionada por F. Sala)

Masa Coral José Hodar

Desde 1955

© 2019 Masa Coral José Hodar, creado por: J. Hidalgo

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